Energía en movimiento
El Feng Shui considera que la energía cósmica (o Chi) circula en nuestro entorno análogamente a la manera en que lo hace en nuestro cuerpo. Podría decirse que la aplicación del arte del Feng Shui es una "acupuntura de los espacios", en la que sus numerosas técnicas ayudan a “curar” nuestros hogares y lugares de trabajo.
Una de las medidas más efectivas con las que me gusta acompañar a mis clientes es a re-ordenar sus ambientes, proceso que comienza con deshacerse del acumulamiento para generar nuevos espacios libres y activar la circulación del chi. Menos es más, por lo tanto el orden es una base muy importante para la aplicación exitosa de las medidas Feng Shui. Disminuir el cúmulo de objetos como primer paso es como un “détox” o manera de limpiarse, de alivianar, de evaluar qué es lo que está "sobrando". Por un principio de correspondencia este abarrotamiento de objetos puede estar produciendo estancamientos en diferentes áreas de la vida, así como también desequilibrios en la salud física y emocional.
Una vez finalizado este paso, el próximo será correr muebles
y mover objetos. Un antiguo proverbio chino aconseja: “si quieres cambiar la
energía de tu hogar mueve 27 cosas”. Él nos invita a la acción y es un consejo
poderosísimo para lograr resultados en
el corto plazo. Al efectuar este trabajo, es inevitable realizar grandes
movimientos energéticos mientras se están moviendo objetos literalmente. Es
importante realizar estas maniobras suave y armoniosamente, evitando prisas o
movimientos bruscos que pudieran causar efectos contrarios a los que estamos
buscando.
El número 27 no fue elegido al azar. La razón es que al
sumar sus dos cifras obtenemos el 9 que es de gran auspicio, con cualidades
mentales y espirituales muy fuertes. El número 9 es el más yang de todos y se
relaciona con la eternidad, la longevidad, la intuición y la comunicación.
También implica el fin y cierre de un ciclo, y la transición hacia uno nuevo.
Algunos tips mientras se mueven los objetos (hacerlo una vez
completado el primer paso):
- Sentarse sola/o en el centro del ambiente y observar para decidir qué objetos se va a mover (puede ser cambiar de lugar o simplemente moverlos un poco).
- Realizar los movimientos siguiendo el sentido de las agujas del reloj (desde la ubicación de la puerta principal).
- Hacer sonar una campana, cuenco tibetano o, en su ausencia, aplaudir con fuerza.
- Sahumar con inciensos purificadores.
- Manifestar intención positiva.
- Visualizar lo que queremos lograr.
- Irradiar agradecimiento genuino.
Marcela Padilla
Feng Shui Coach
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